(Este artículo forma parte del número 1 de la revista SCQ Basket, que no os debéis perder!)
Con 441 partidos de la NBA (Bulls, 76ers, Jazz, Wizards y Bucks), 66 de la ACB y unos cuantos de la LEB a sus espaldas, Michel Ruffin se tiró al parqué del Pazo Paco Paz la tarde-noche del 2 de marzo de 2011 como si le fuese la vida en ello. La suya y la de su familia. Y su esfuerzo no fue en vano: recuperó el último balón, Obradoiro ganó aquel partido frente al COB y, pese a que hubo que esperar a la última ronda del play-off, finalmente consiguió el ansiado retorno a la ACB.
Hace más de dos años
que Michael David Ruffin, 2ª ronda del Draft del 99 por los Bulls,
jugó su último partido como jugador profesional. Fue el día que el
Obradoiro retornó a la élite en el pabellón El Plantío de Burgos,
el mismo día en que el Ministro de Defensa daba por concluida su
carrera deportiva. Y se marchó a Phoenix dejando el listón de la
profesionalidad bien alto. Lo hizo sin hacer ruido, exactamente igual
que cuando llegó.
Con 441 partidos de la NBA (Bulls, 76ers, Jazz, Wizards y Bucks), 66 de la ACB y unos cuantos de la LEB a sus espaldas, Michel Ruffin se tiró al parqué del Pazo Paco Paz la tarde-noche del 2 de marzo de 2011 como si le fuese la vida en ello. La suya y la de su familia. Y su esfuerzo no fue en vano: recuperó el último balón, Obradoiro ganó aquel partido frente al COB y, pese a que hubo que esperar a la última ronda del play-off, finalmente consiguió el ansiado retorno a la ACB.
Ruffin, sobre el suelo del Paco Paz: el Obra va a ganar al COB (Foto: http://obradoirobasketfoto-fru.blogspot.com.es) |
Michael Ruffin se marchó
de Santiago pocos meses después de la misma forma en que llegó
aquel otoño de 2010: de puntillas, muy silenciosamente, sin
estridencias. Aterrizó en Compostela como sustituto de Maceo Baston
ya empezada la temporada y se marchó dejando al equipo en ACB y
aportando su granito de arena en el éxito colectivo en forma de 2,7
puntos y 5 rebotes por partido durante los 40 encuentros en los que
defendió la camiseta obradoirista. Fueron las últimas estadísticas
de su carrera. No volvió a jugar al basket profesional o, mirando el
vaso medio lleno, cerró una brillante trayectoria profesional con la
satisfacción del deber cumplido.
A Ruffin lo encontramos
ahora en Phoenix, a más de 800 millas de su Denver natal. Como
tantos otros jugadores, sigue ligado al baloncesto. En la capital del
estado de Arizona se mantiene ocupado entrenando a un equipo de
chavales, aunque también ocupa su tiempo con su iglesia y con su
amplísima familia. Porque de Ruffin también se recuerda su
amplísima prole. “Acabamos de tener nuestro séptimo hijo, que
nació el día de mi cumpleaños, el 21 de enero de 2013. Su nombre
es Neriah”, nos cuenta.
Uno de los hijos de Ruffin, 'practicando' en Sar (Foto: http://obradoirobasketfoto-fru.blogspot.com.es) |
Precisamente, el número
de integrantes de la familia Ruffin convirtió en poco menos que una
odisea encontrar un piso en Santiago en el que cupiesen todos sus
miembros. Un reto para el club, y más teniendo en cuenta que el
norteamericano llegó a Compostela con la temporada ya iniciada, lo
que reducía el margen de maniobra. Pese a las dificultades, la
búsqueda dio sus frutos y el pívot y los suyos se establecieron en
un apartamento situado encima de un conocido restaurante a las
afueras de la ciudad.
Solventado ese pequeño
problema logístico, el otro reto al que se enfrentó en Santiago fue
el de recuperarse físicamente tras sufrir una importante cirugía
meses antes. Una misión cumplida al 100% gracias al trabajo y la
paciencia de los integrantes del cuerpo técnico del Obra, que se
volcaron en la recuperación para la causa de un jugador que estaba
cerca de cumplir los 34 años cuando llegó a Compostela. Ese es
precisamente uno de los mejores recuerdos que guarda de su estancia
en tierras gallegas: “Llegué recuperándome de una operación de
rodilla y acabé celebrando un campeonato; Moncho fue un apoyo y nos
llevó a ser el mejor equipo que podíamos ser”, rememora desde la
ciudad de los famosos Suns.
Agarrado a Yao Ming en la época de los Bucks (Foto: NBA.com) |
Decir que Big Hustle fue decisivo para lograr el ascenso a la ACB sería, probablemente,
faltar a la verdad y caer en el elogio fácil a un jugador que ya no
está en activo. Y tampoco sería justo dadas las circunstancias,
teniendo en cuenta que su presencia en Santiago vino a ser el epílogo
a su carrera deportiva, recién recuperado de una lesión grave y
lejos del rendimiento deportivo que lo convirtió en un tío capaz de
tener casi 20 minutos por partido en los Bulls. Pero tampoco se debe
minusvalorar el papel de Ruffin en aquel Obradoiro, cumpliendo en
todo momento el rol que Moncho le asignó y aportando como plus la
seriedad y la sobriedad marca de la casa. En Santiago también fue
Big Hustle, o Ministro de Defensa, otro de los apodos que
recibió durante la temporada
Acompañado de Oriol,
Hopkins y Kendall, Ruffin asumió ese papel de dar minutos de
refresco aportando intensidad defensiva y seguridad en el rebote, una
de sus grandes cualidades junto al tapón. Para la memoria no sólo
queda aquella recuperación en el Paco Paz. También esa otra imagen
en la que, literalmente, levantó por el aire a un rival del Clínicas
Rincón que tenía agarrado el balón. Ruffin levantó balón y rival
al unísono.
En Burgos, junto a uno de sus hijos tras lograr el ascenso (Foto: http://obradoirobasketfoto-fru.blogspot.com.es) |
Pero, más allá del
juego, el pívot de Denver también aportó veteranía y templanza en
un vestuario totalmente renovado respecto a la temporada anterior, y
que precisamente estaba muy necesitado de líderes y referentes tras
la traumática experiencia de la ACB. El año anterior habían pasado
casi 20 jugadores por el club, y el Obradoiro –entre otros
problemas- careció de una voz autorizada que guiase la nave cuando
llegaba la tormenta. Algo por otra parte lógico en un vestuario
creado de la nada, algo poco menos que insólito en el deporte
profesional.
Esta es quizás la faceta
más desconocida de Michael Ruffin, la de un hombre rocoso que vivía
el basket en silencio pero muy intensamente. Una persona que lo tuvo
cerca en esa temporada rescata una anécdota que permite dibujar cómo
era Ruffin como compañero e integrante del equipo.
Hombre de pocas palabras,
resulta que el de Denver no hablaba prácticamente
nada. Y todavía menos tras una dolorosa derrota en Huesca nada más
empezar la segunda vuelta. Fue una semana de entrenamientos durísimos
que terminaría con la final de la Copa Príncipe. Los jugadores
estuvieron implicados al máximo y, en la final, el Obra acabó
ganando la copa en un partido muy duro que Murcia dominaba al
descanso. Y fue entonces, una vez terminadas las celebraciones,
cuando Ruffin sí abrió la boca.
Machacando en Sar, en un partido contra Breogán (Foto: http://obradoirobasketfoto-fru.blogspot.com.es) |
Dirigiéndose a sus
compañeros, Michael vino a decir que todos ellos habían entrenado
muy duro durante toda la semana, que se habían dejado la piel y que
gracias a ese trabajo el Obradoiro había ganado la Copa. A
continuación, instó a todos a mantener ese nivel de entrenamientos
hasta el final de temporada para poder conseguir el objetivo, un
objetivo que finalmente se logró. Por la emoción del momento o por
lo inusual de ver a Ruffin hablando en público, lo cierto es que
todos le escucharon como si fuese el mismísimo Obama.
BUEN EPÍLOGO
Con el paso del tiempo,
es muy probable que nuestro protagonista guardará un buen recuerdo
de Santiago y del Obradoiro. Lo primero, porque fue y será –salvo
sorpresa mayúscula- su último equipo como jugador profesional. Y a
mayores, porque él mismo reconoce que se sintió muy a gusto en la
ciudad. No duda en darle las gracias “a los fans y a la gente de
Santiago, porque ellos no sólo apoyaron a nuestro equipo sino
también a mi familia”. “Mi hija ha estado pidiéndome que
volvamos a visitar Santiago para ver a los amigos que ella hizo; nos
encantó nuestra estancia allí”, confiesa.
Celebrando la victoria en Ourense con Nguema y Bulfoni (Foto: http://obradoirobasketfoto-fru.blogspot.com.es) |
Aunque echando la vista
atrás, Ruffin ya estaba presente desde 2009 en un partido histórico
para el Obra. Fue en aquel Manresa-Obra de la temporada 2009-10, en
el que el equipo santiagués consiguió su primera victoria a
domicilio en ACB en toda su historia.
¿Y el futuro? Con tantos
integrantes en la familia Ruffin, es inevitable preguntarse si alguno
de sus vástagos seguirá sus pasos, los mismos que le llevaron a
militar en 5 equipos de la NBA, dos de la ACB (Lleida y Manresa) y
a colgar las botas tras pasar por el Obra. Ante esa pregunta, la
respuesta vuelve a ser la cautela. Reconoce que le encantaría que el
apellido Ruffin siguiese sobre las pistas. Y un buen candidato para
conseguirlo podría ser su hijo Javon, que con solo 10 años ya está
enganchado al deporte de la canasta. Pero nada de prisas ni de
agobios: “Solo el tiempo lo dirá”.
Con Levon Kendall en el vestuario de Burgos. Acababa de jugar sus últimos minutos como profesional (Foto: http://obradoirobasketfoto-fru.blogspot.com.es) |
Desapercibido, pero un jugador de fondo, de los que te dan un alivio al tirar de banquillo. Bueno Jaco.
ResponderEliminarEl jugador con la mayor y mejor actitud e intensidad en el juego en defensa, especialmente en el rebote y los tapones. Un jugador introvertido y poco hablador, pero muy muy profesional y sobretodo buen compañero de equipo y persona donde los haya. Lo conocí en primera persona en Lleida, mi ciudad donde jugó con mi equipo el llamado entonces Caprabo Lleida en la liga ACB en las temporadas 2002-2003
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