domingo, 20 de diciembre de 2015

Gracias a nuestro amigo Tonecho, nos hemos enterado de que Quino Salvo se está recuperando de unos problemas de salud. Qué mejor momento para hacer un breve repaso de la trayectoria deportiva de Quino y, de paso, mandarle todos los ánimos del mundo para que se recupere cuanto antes.
Quino (derecha), con Julio Bernárdez
(Foto: FB Baloncesto con Mayúsculas)
Quino nació en Vigo en 1958 y siendo junior fue captado para la cantera del Obradoiro procedente creo que de los Salesianos. Ya de joven era un portento físico, una característica que iba a definir su forma de jugar en la cancha y por eso Javier Ortiz se refirió a él como el toro en su artículo de la historia de la ACB. En la foto de arriba aparece con otro vigués, Julio Bernárdez, que también acabaría jugando (y entrenando) en el Obra.
 
Salvo formó parte de aquel Obradoiro 1975-76 que se quedó a las puertas de la ACB tras perder en Canarias contra el actual Iberostar Tenerife. En aquel momento rondaba los 18 años y compartía vestuario con Jimmy Thorsden, Tonecho, Gil, López Cid, Lorenzo Motos, Caso, Alfredo Domínguez... Un auténtico equipazo que mereció el ascenso de categoría. Quino medía 1,91 y jugaba en lo que hoy sería un 2-3. Una de sus virtudes era su velocidad, además de la garra con la que siempre defendía la camiseta.

Con Jimmy Thorsden, temporada 75-76
Al final de aquella temporada, Quino Salvo formó parte de la selección española junior que disputó el campeonato de Europa celebrado en el pabellón de Sar. Sobre aquel campeonato tenéis información en este artículo. España logró la medalla de bronce y Quino tuvo la oportunidad de compartir varios meses de preparación y competición con jugadores como Romay, Iturriaga, Costa, Epi o Solozábal.
 
Para el recuerdo quedarán algunas anécdotas de aquel campeonato, como las que nos contó el propio Quino. Una de ellas, cuando Salvo vio desayunar a su lado a Tkachenko 20 huevos fritos y 10 yogures en la misma mañana. Ya sabéis lo que dice el refrán: "Non se fai palleiro sen palla". Y en el caso del soviético, el palleiro era enorme, claro.
 
Con la camiseta de la selección (el 8), en el Europeo Junior
Como tantos otros jugadores, a Quino no le quedó más remedio que dejar el Obradoiro para poder jugar en la élite. Nunca sabremos qué hubiese pasado si el Obra hubiese ascendido en aquella temporada 75-76, pero lo cierto es que eso no sucedió y nuestro protagonista acabó marchándose a otro club para progresar en su carrera deportiva. Se hizo mayor en el club, pero la afición se quedó con las ganas de ver a aquel gran equipo compitiendo en la élite.
Con el Obra, en el viejo Sar
Y vaya si progresó. Casi 250 partidos en la ACB y una larga trayectoria en equipos como Zaragoza (1978-83), Lliria (83-84), Valladolid (84-89), Atlético de Madrid (89-90), Sevilla (90-92) y Askatuak, donde jugó su última temporada en activo. Después pasó a los banquillos, tanto en Galicia como fuera de la Comunidad. De hecho, en Cantabria todavía recuerdan su ascenso con el Lobos a la máxima categoría. 
 
Con el Lliria, jugando en Sar
Temporada 1983-84
Con este breve artículo queda saldada una deuda que teníamos pendiente. Ahora solo esperamos que Quino se recupere pronto y lo volvamos a ver cuanto antes cerca de una cancha de baloncesto.