martes, 24 de diciembre de 2013

Cualquier obradoirista que cruce el charco y pase por Royal Oak, un suburbio al norte de Detroit, debería hacer una parada técnica en la pastelería situada en el 304 de S Main Street. Porque quizás tenga la fortuna de encontrarse allí con Maceo Baston. Sí, con Maceo Baston. Aquel pívot que pasó efímeramente por el Obradoiro en el otoño de 2010 hace tiempo que colgó sus zapatillas, y ahora se dedica al dulce negocio de promocionar el considerado pastel de moda en medio mundo: el cupcake. Si la ocupación más habitual de un exbaloncestista profesional pasa por seguir vinculado al deporte (bien como entrenador, bien en otras facetas como la representación deportiva), en este caso nuestro protagonista ha optado por una faceta más original y sobre todo más azucarada.

Maceo, tras jugar su último partido con el Obra
(Foto: Fruqui)
Taste Love Cupcakes es el nombre del establecimiento pastelero que en 2011 montaron Maceo Baston, su pareja (Yolanda Baston) y una socia capitalista (Michelle). Parece que el negocio va viento en popa y su pastelería no solo es una referencia en Royal Oak, sino que incluso ha participado en un curioso programa de televisión denominado Guerra de cupcakes, que en España se puede ver en el canal Divinity y que en Estados Unidos está causando furor.

Yolanda y Michelle, con unos suculentos cupcakes
El éxito que está cosechando junto a su mujer y su socia en el incipiente sector de la repostería no es el que obtuvo durante su paso por Obradoiro. Es más, Maceo Baston (un 2,11 tirando a ligero) tiene un hueco en la historia del club porque es el jugador norteamericano que menos tiempo pasó como integrante de la plantilla. Fueron apenas dos partidos. Sus clientes saborean las magdalenas de Taste Love Cupcakes, pero lo cierto es que la afición obradoirista apenas pudo disfrutar de un extraordinario jugador con un currículum brillante y nada anodino. No es que Baston dejase un mal sabor de boca en el obradoirismo: simplemente, no hubo tiempo ni para eso.

Maceo debutó con el Obradoiro en partido oficial en Girona, en la primera jornada de la LEB 2010-2011. Y siete días después puso punto y final a su experiencia en Santiago con una victoria frente a Melilla. Solo dos partidos. Casi 28 minutos. 8 puntos, 3 rebotes, 2 mates, 1 tapón, 9 faltas cometidas y 3 recibidas, 1 asistencia, 2 balones robados y 1 perdido. Todo ello, para 6 de valoración. Ese es el escaso balance que supuso el paso de todo un ex NBA por las filas del Obradoiro. Agarrándonos a la estadística, es cierto que se marchó de Santiago con un 100% de victorias. Aunque cae de cajón que no fue precisamente su aportación la causante del éxito en aquellas dos jornadas inaugurales de la LEB.

Con Deron Washington, el norteamericano que superó
 el récord de Bill Collins (Foto: Fruqui)
El motivo de que Maceo Baston no triunfase en Santiago es fácilmente deducible: su forma física. El estado de forma en el que llegó a Obradoiro aquel mes de septiembre no era el más idóneo. Tras dos jornadas, el jugador decidió utilizar una cláusula de su contrato para marcharse*. No se puede obviar que la carrera deportiva de Maceo encaraba su recta final -llegó a Compostela con 34 años- y que en ese fichaje había mucho riesgo. Pero tampoco se deben ignorar dos cuestiones: que su sustituto fue un Michael Ruffin recuperado para la causa, como ya hemos contado aquí; y que en ese vestuario ya estaban dos jugadores más veteranos todavía: Oriol Junyent (nacido el mismo año que Maceo) y Bernard Hopkins (tres años mayor que él).

¿Por qué era un riesgo fichar a Baston? Lo más llamativo es que llegaba a Santiago tras pasarse una temporada prácticamente en blanco. Una vez anunciado el fichaje bomba, la web Tubasket.com alertaba de que su estado físico despertaba "muchas dudas". "La pasada temporada sólo jugó un partido con el Budivelnyk Kyiv ucraniano: 5 minutos sin anotar ni rebotear", señalaba este digital, que no obstante reconocía el "golpe de efecto" del Obradoiro con este movimiento.

En los gloriosos tiempos de Maccabi
(Foto: Solobasket.com)
Y es que fue un bombazo el anuncio de que Maceo Baston jugaría en el Obradoiro y, por encima, en LEB. Por muy mal que estuviese físicamente el jugador, la afición compostelana iba a ver con la camiseta del Obra a un tipo que hace no tanto era uno de los mejores pivots del continente. Campeón de Europa con Maccabi en 2004 y 2005, y subcampeón en 2006. Máximo reboteador del equipo macabeo en las semis de 2004 (10 rebotes) y en la Final Four de 2005. Alguien capaz de llegar a 15 rebotes en una final de Euroliga (2006), o de meterle 20 puntos a Tau en las semis de aquel torneo. MVP de Euroliga (marzo 2006), 5 veces MVP semanal. Récord de tapones (6) en un partido de Final Four. Y más de 100 partidos en NBA, repartidos en 4 temporadas en Indiana y Toronto.

Durante su etapa en los Pacers, con el 9
Esta foto, con autógrafo, se vende en E-Bay
 
¿Cómo no iba a ilusionarse la afición del Obradoiro con este fichaje? Lo extraño sería no hacerlo. No conviene olvidar que ese verano había sido muy complicado en el ámbito institucional y que el club acababa de descender a LEB tras vivir en pocos meses una montaña rusa de sensaciones. De ganarle al Madrid de Messina y rozar la Copa del Rey a perder 16 de los 17 partidos de la segunda vuelta.
El resto de la historia no hace falta contarla porque es conocida. Maceo Baston se marchó, llegó en su lugar Michael Ruffin, Obradoiro ascendió a ACB y ahí permanece desde entonces. ¿Y Baston? Pues en noviembre de 2010 volvió de nuevo a Israel, el sitio donde más brilló en toda su carrera deportiva. Recaló en el Bnei Hasharon. Duró hasta finales de enero. Siete partidos en la tierra prometida para poner punto y final a una trayectoria profesional brillante, aupada tras ser elegido en segunda ronda por los Bulls en el draft de 1998 y en la que también influyó el hecho de ser elegido defensor del año en la CBA.

PASTELES, BALONCESTO Y SU HIJO

A sus 36 años, Maceo Baston dedica su tiempo a tres cosas: el baloncesto, su hijo y los cupcakes. Sobre esto último, hace meses venía a reconocer en una entrevista en la web de los Pacers que no tiene ni idea de las artes gastronómicas. El negocio va viento en popa pero no es precisamente por su destreza con la manga pastelera. "I'm not a baker", decía al respecto, aunque le reconocía al periodista Scott Agness que el tema de la cocina es "terapéutico" y que le permite seguir siendo competitivo. ¿Harán concursos de cocina los integrantes de la familia Baston al estilo MasterChef?

Sitio web de Taste Love Cupcakes, no apto para diabéticos
Parece ser que la idea de montar Taste Love Cupcakes surgió después de que Baston participase en el programa que desarrolla la NBA para que los exjugadores no se arruinen cuando dejan las canchas. Se trata de ayudarles a poner en marcha nuevos proyectos, y en este caso todo ha salido bien. La pastelería no solo funciona en el entorno, sino que incluso se están planteando expandirse por otras zonas de Estados Unidos. Una de ellas podría ser Texas, donde el jugador tiene familia. O Carmel, el barrio al norte de Indianápolis en el que vivió mientras jugaba en los Pacers.

Yolanda y Michelle, a las puertas de su establecimiento
La aventura empresarial no parece irles mal. Además de la amplia variedad de cupcakes que ofrecen a sus golosos clientes, la participación en el programa Guerra de cupcakes les puso en el mapa. Y no solo eso. Su presencia en el concurso fue todo un éxito y se llevaron un premio de 10.000 dólares. Lo que sueña cualquier emprendedor, vaya. El programa puede consultarse en Youtube. No se recomienda su visionado en horas previas a la comida o la cena.

Pero más allá de los cupcakes, Maceo Baston sigue vinculado al baloncesto como han hecho otros tantos jugadores tras dejar las canchas. Actualmente trabaja en el desarrollo de jugadores jóvenes, entre ellos su propio hijo, Maceo jr. El pequeño de los Baston defiende la camiseta del colegio Detroit Country Day School (en la camiseta se ven las iniciales DCDS), es un 1-2 que mide 6-6 y evidentemente se parece muy poco a su padre en el estilo de juego. Todavía está en edad junior. Queda por ver si seguirá los pasos de su progenitor y continúa sus estudios en la Universidad de Michigan.

Maceo Baston jr
(Foto: miprepzone.com)
Maceo Baston asegura que su primer amor (en lo deportivo) fue el fútbol americano. Ahora lo está del basket y ve en la figura de su hijo "el jugador que yo quería ser". Es de suponer que se referirá a la posición en la pista, porque para igualar el brillante palmarés de su padre lo tendrá complicado. Un palmarés en el que el Obradoiro tiene un hueco muy pequeño, casi imperceptible. Solo dos partidos. Pero siempre estarán ahí.

(*rectificación tras el aviso de Jose Martinon)

domingo, 1 de diciembre de 2013

Hoy toca una artículo cortito, de esos en los que una imagen vale más que mil palabras. La imagen es la que veis a continuación: la publicidad insertada en la prensa de Santiago en el verano de 1988. Así era la campaña de abonados del Obradoiro CAB hace 25 años para animar a la afición compostelana a no dejar de lado al equipo tras un verano muy convulso.


Contextualicemos: el verano había sido terrible para la entidad compostelana. El Obra acababa de descender a Segunda División tras perder en Andorra en el play-out de Primera B, en el que fue también el último partido de Mario Iglesias con la camiseta obradoirista. Y, a ante la ausencia de presidente, una gestora dirigía el club porque nadie se quería hacer cargo de él. El riesgo de desaparición era muy grande.

Sin embargo, en ese mes de agosto de 1988 todo cambió para el Obradoiro. En la presidencia aterrizó el conocido empresario palestino Ghaleb Jaber, propietario del Hotel Araguaney, lo que se tradujo en estabilidad (y capacidad económica) para el club. Y nada más llegar a la presidencia, Ghaleb puso en marcha una campaña para captar socios en la ciudad y alrededores. Hace un cuarto de siglo ya existían las "facilidades para el pago de las cuotas" y los distintos tipos de carnets en función de la edad y el núcleo familiar. El lugar para hacerse socio era precisamente el establecimiento hotelero situado en la esquina de Xeneral Pardiñas con Montero Ríos. Más en concreto, en las galerías de esta última calle.

Ghaleb Jaber llegó a la presidencia del Obra en 1988
(Foto: http://www.fronterad.com/)
Pero lo que más me impacta del anuncio es su línea argumental. A falta de miudiños y de connections, los ideólogos de la campaña optaron por un impactante y directo "EL OBRADOIRO CAB ¡RESURGE!". La elección me parece muy acertada teniendo en cuenta lo que sucedió aquel verano.Y los hechos han demostrado que la campaña surtió efecto, porque (una vez más) el Obradoiro protagonizó una resurrección institucional. En la siguiente temporada se quedó a una ronda de la ACB. Y unas horas antes de escribir estas líneas el equipo acaba de ganar por 4ª vez consecutiva en Illumbe. Por supuesto que resurgió!