lunes, 28 de julio de 2014

Han pasado cuatro años desde que un 28 de julio como hoy, pero de 2010, el grupo empresarial que se hizo cargo del Obradoiro anunció su primer fichaje. No fue el entrenador ni ningún jugador de renombre, sino la persona que se iba a hacer cargo de la dirección deportiva del club. Era Chete Pazo, un santiagués que retornaba al Obra con una faceta muy distinta a la que tuvo a principios de los 90, cuando era jugador junior del club.
Un jovencísimo Chete en el Obra 91-92, ¿no?
(Foto: @bujacocesto)
Cuando se anunció el fichaje de Chete como director deportivo del club él mismo reconocía la que se le venía encima. "Tengo que fichar entrenador y cuerpo técnico, planificar el trabajo de cantera y la venta de abonos, hacer una estructura de club...", aseguraba en esta entrevista. Con la dificultad añadida de que ya estábamos casi en agosto y muchos equipos tenían la plantilla casi montada.

Las cosas salieron muy bien en esa temporada 2010-11. El equipo volvió a ACB tras ganar la Copa Príncipe y haber liderado la clasificación buena parte del año. La afición disfrutó, acompañó al equipo todo el año y acabó celebrando el ascenso. Y de ese éxito también fue parte fundamental Chete.

Celebrando el ascenso en Raxoi
(Foto: Fruqui)
Luchando contra el reloj, Chete Pazo construyó la columna vertebral del Obradoiro de las siguientes temporadas. Con él en la dirección deportiva llegaron -entre otros- Levon Kendall, Andrés Rodríguez (máximo asistente en la ACB), Alberto Corbacho (máximo triplista durante dos temporadas en ACB) y Oriol Junyent, del que sobran las palabras. Todos ellos aterrizaron en un equipo LEB en reconstrucción y siguieron brillando en ACB. 

Después Chete pasó a un segundo plano y cambió el deporte por la educación, pero parece de justicia reconocer su contribución a que el Obra haya logrado los mayores éxitos de su historia.

domingo, 20 de julio de 2014

Un club con más de 40 años de historia ha visto cambiar su camiseta en numerosas ocasiones. Han cambiado los colores, como ya analizamos en su momento en este artículo, en el que se llegaba a la conclusión de que el blanco ha sido el color predominante en la primera camiseta, mientras que en la segunda equipación se ha visto mucha más variedad. Pero por la indumentaria del Obra también han pasado unos cuantos patrocinadores, que han utilizado ese soporte para ganar en notoriedad. Vamos a repasarlos, a riesgo de que alguno quede por nombrar.

Durante la primera década de existencia del club (los años 70) no encontramos patrocinadores. La camiseta únicamente incluía el nombre del club, el número y a veces el escudo. Hasta que allá por 1979 localizamos la primera empresa que apareció en la camiseta obradoirista: las tiendas de ropa vaquera Pepe Ramón. A la gente joven no les sonará, pero a principios de los 80 era un establecimiento muy popular en el Ensanche de Santiago.

Camiseta del Obra con el patrocinio de Pepe Ramón (1979-80)
Pepe Ramón no solo se hizo un hueco en la parte delantera de la camiseta, como los patrocinadores actuales. También le puso nombre al club entre finales de 1979 y 1981, tal como consta en documentación oficial. El primer partido oficial que el Obra jugó como "Obradoiro Pepe-Ramón" fue el 25 de noviembre de 1979 en Pamplona, en el que perdió contra el Natación (87-82). También compitió con este nombre la siguiente temporada en la Primera B.

Un año después llegó el mítico ascenso a la élite conseguido en Mataró. Y en esa temporada fue otra empresa la que ocupó una parte de la camiseta del Obra, Intertisa, una firma vinculada al grupo Araguaney. Conviene recordar que el alma mater de este conglomerado empresarial, Ghaleb Jaber, tomó las riendas del club como presidente unos años después, en 1988.

La del día del ascenso de Mataró, con Intertisa 
La palabra "Intertisa" estaba presente en la camiseta azul del Obra el día del ascenso. También en los chándales de los jugadores. Pero esa temporada también se utilizó una camiseta blanca que contaba con un curioso logotipo en la parte opuesta al escudo. Ese logo, conformado por una especie de globo terráqueo, era precisamente el de Intertisa.

Camiseta de la temporada 81-82, con el logo de Intertisa 
El ascenso a la élite trajo consigo otro hecho histórico: la irrupción de Feiraco en el club. La cooperativa láctea de Agrón (Ames) acompañó de la mano al Obradoiro durante seis temporadas. Es probablemente el patrocinador más importante que ha tenido el club en su etapa profesional, un periplo que comenzó en la temporada 82-83 y acabó en la 87-88. Años después pasó a patrocinar al Deportivo.

Feiraco fue importante en la historia del Obra porque estuvo presente en momentos decisivos como la primera temporada en la élite o el campeonato de España de 2ª división. Además de estar presente en camiseta y pantalón (con su conocido logo que representa una cabeza de vaca), también puso nombre al club durante varias temporadas en Primera B y tenía sitio en la cartelería del pabellón, en el parqué, en los abonos...
Feiraco estuvo en la camiseta del Obra hasta 1988 
Está claro que fue una época muy láctea para el basket gallego: con el Clesa Ferrol, el Leche Río Breogán y el Feiraco Obradoiro. El caso es que la cooperativa láctea dejó de patrocinar al Obra en el verano de 1988. Pero su lugar fue ocupado por otras empresas de muy distinta actividad. Tras seis años con el monopolio de Feiraco, llegó una época de cambios en la elástica obradoirista como vamos a comprobar.

Una de las compañías que ocupó ese espacio fue Iberia. Los primeros partidos de la temporada 88-89 se jugaron con la empresa aérea presente en la camiseta, aunque Iberia también figuraba en un segundo plano en algunos partidos de la siguiente temporada. Es solo una conjetura, pero se intuye que el Obradoiro conseguiría alguna contraprestación de la firma aérea a la hora de desplazarse por España adelante. Hay que recordar que todavía no se había producido la liberalización del sector y que, en consecuencia, Iberia seguía operando en régimen de monopolio.

Iberia también tuvo su hueco en la camiseta, entre 1988 y 1990
En la temporada 1988-89 el Obradoiro también compitió con otro patrocinador, la productora audiovisual CTV, perteneciente al grupo Araguaney. CTV era una empresa reciente (fue creada en 1985) y ha sido la responsable de producir algunos de los programas de más audiencia de la Televisión de Galicia, como Supermartes, Luar o Cifras e Letras. Está ubicada en Teo.

CTV, en la camiseta y el pantalón de la temporada 88-89
La matriz de este grupo, Araguaney, también estuvo presente en las camisetas del Obradoiro de una forma provisional. Fue en los primeros partidos de la temporada 1989-90, poniéndole nombre a una camiseta de color verde muy peculiar. De sobra conocido es que el Araguaney, además de ser el árbol nacional de Venezuela, da nombre también a uno de los hoteles más carismáticos de la zona nueva de Santiago. Entró en servicio en 1985.

El Araguaney, en la camiseta de Victor Anger (1989)
Es imposible desligar el Araguaney del Obradoiro. En una de las salas del hotel se celebraron las asambleas de socios del club durante muchos años. Y en los bajos del establecimiento, accediendo por Montero Ríos, era posible hacerse abonado del Obra.

En esa misma temporada 89-90 la camiseta tuvo como patrocinador principal a Caixa Galicia, otra entidad ligada íntimamente al club desde sus inicios. Recordemos que el viejo pabellón de Sar fue construido gracias al apoyo financiero de la antigua Caja de Ahorros de Santiago. Ese vínculo sigue vivo a día de hoy, ya que la entidad heredera de aquella caja (Novagalicia, hoy Abanca) es también patrocinador principal del club.

Caixa Galicia, en la camiseta de la temporada 89-90
Otra de las empresas que patrocinó al Obradoiro y que ya no existe en la actualidad es la Onza de Oro. Esta compañía tenía su sede en A Pobra do Caramiñal y era a finales de los 80 una de las conserveras más conocidas de Galicia. La empresa quebró años después y en 2010 se inició el desmantelamiento de las ruinas de la nave industrial de la que salieron miles de latas de conserva.

En la camiseta de la temporada 91-92 estuvo La Onza de Oro
La Onza de Oro patrocinó al Obradoiro en la temporada 1991-92, la última antes de iniciar la penosa travesía judicial de 17 años. Estuvo presente en la equipación del Obra y también en el pabellón de Santa Isabel, ya que el club se había mudado a estas instalaciones desde que en 1989 comenzó el derribo del viejo pabellón de Sar.

Por último, un breve reconocimiento a esas empresas que también ayudaron al Obra cuando estuvo fuera del baloncesto profesional. Es justo reconocer que su apoyo contribuyó a que el Obradoiro siguiese compitiendo (y no desapareciese) a la espera de que se hiciese justicia, como finalmente sucedió. Una de esas empresas fue Óptica Val, que dio nombre al club durante varias temporadas.

Camiseta del Obra en la etapa no profesional, patrocinada por Óptica Val
Y así llegamos a la época actual, en la que los patrocinadores han ganado importancia en las camisetas y también en el nombre con el que compite el equipo. Blusens, Xacobeo 2010, Monbus, Mexillón de Galicia, Río Natura, Interrias o Cenor forman parte de esta nueva etapa.

(Actualizado el 25 de noviembre de 2015)

miércoles, 9 de julio de 2014

Hace unos días recuperamos para el blog la historia de Damir Rancic, aquel francotirador croata al que le faltó tiempo para triunfar en el Obradoiro. Había llegado en la parte final de la temporada 2009-10 y no tuvo muchas oportunidad de demostrar sus cualidades en nuestro club. Ahora hemos conseguido contactar con él para saber cómo es su vida en la actualidad y, sobre todo, qué recuerdos tiene de su breve estancia en Santiago.
Rancic, en el Valencia-Obradoiro de la temporada 09-10
(Foto: ACB)
"Todo fue OK en Santiago, la gente era muy agradable y apoyó al equipo hasta el último minuto", me cuenta cuando le pregunto cómo recuerda su experiencia en el Obradoiro cuatro años después. Pero, tal como esperábamos, sus recuerdos están condicionados por la situación deportiva aquella temporada: "El único problema fue que el equipo estaba en una mala situación en la época en la que yo llegué", añade.

¿Y los planes de futuro? En el artículo contábamos que había terminado esta temporada en un equipo italiano, el Pallacanestro Firenze. Pero Damir Rancic tiene 31 años y todavía tiene cuerda para rato. Por eso ni se le pasa por la cabeza dejar el puesto de francotirador más allá de la línea de tres puntos. "Sí, todavía estoy jugando y planeo jugar 4 o 5 años más", nos avanza, antes de darnos las gracias por recuperar su paso por Obradoiro.

Esta temporada, con el Florencia
(Foto: www.basketinside.com)
La verdad es que siempre es un orgullo encontrarse con exjugadores del Obra que guardan un buen recuerdo de su paso por el club y sobre todo de la afición. Porque esa afición una vez fue la suya, y casi siempre guarda cariño de los jugadores que defendieron la camiseta del equipo. Entre ellos, Damir Rancic. Gracias!

domingo, 6 de julio de 2014

Dime Athletics es una empresa situada a medio camino entre Philadelphia y Nueva York que se dedica a proporcionar entrenamientos para deportistas con el objetivo de mejorar su rendimiento. "Where real ahtletes train" es el lema de esta compañía, que cuenta con programas específicos para preparar jugadores que se quieren presentar al Draft o que simplemente pretenden mejorar sus capacidades. También trabajan con chavales y no-profesionales ¿Y por qué nos interesa una empresa de las miles que hay en el Estado de Pennsylvania? Pues porque uno de los cofundadores de Dime Athletics es Maurice Bailey, aquel base que pasó fugazmente por el Obradoiro entre marzo y abril de 2010.

El día de su debut con el Obra, frente al Lagun Aro de Pablo Laso
(Foto: Fruqui)
Recordar a Mo Bailey (también conocido como Bailaches en su versión galeguizada) obliga a viajar a la época oscura del pasado más reciente del Obra. Llegó a Santiago cuando el equipo caminaba cuesta abajo y sin freno en su primera temporada en la ACB, y se marchó pocas semanas después con el equipo en peor situación. Fue uno de los cinco bases que jugó en el Obradoiro aquella extrañísima temporada. Precisamente, la lesión de dos de ellos (Stanic y Adrián Fuentes) obligó al club a mover ficha pese a que Alfonso Sánchez también jugaba en la posición de 1.

En la presentación de jugadores, cuando debutó con el 20
(Foto: Fruqui)
Bailaches llegó al Obradoiro en período de prueba el 8 de marzo y se acabó quedando durante un mes. No parece casualidad que compartiese agencia de representación (Diamond Sports) con Jeremiah Massey, el fallido gran fichaje de aquella temporada y que llegó al Obra en las mismas fechas. En su momento hubo cierta confusión con un supuesto pasaporte búlgaro de Bailey, pero lo cierto es que en la ACB jugó con ficha de extracomunitario.

Es verdad que su fichaje generó cierta confianza en la afición, porque sus referencias no eran desalentadoras. Tenía un buen pasado universitario (fue el máximo anotador en su etapa en Sacred Heart University, promediando su último año más de 20 puntos), y también experiencia en Euroliga con el Olimpia Ljubljana. Llegaba a Santiago en plena madurez (28 años) tras una solvente carrera profesional en Europa: Nancy, Brest, Lokomotiv Rostov, Estrella Roja y el ya citado Olimpia esloveno.

Bailey, durante su etapa en el Olimpia Ljubljana
(Foto: Aquí)
Pero su bagaje en el Obradoiro se limitó a cuatro partidos. El tema comenzó bien y en su debut ayudó a conseguir la victoria frente a Lagun Aro, la única que logró el Obra en aquella nefasta segunda vuelta. Lo peor vino después: derrotas frente a Unicaja (89-58), Murcia (67-79) y Bilbao (98-58). Las dos últimas fueron especialmente dolorosas y minaron la moral de la afición obradoirista. La de Murcia, porque la afición había hecho un gran esfuerzo pagando un día del club para ayudar al fichaje de Massey. Y la de Bilbao, porque la imagen fue pésima y porque a día de hoy sigue siendo la peor derrota de la historia del Obradoiro en ACB.

El día del Murcia, de infausto recuerdo para el obradoirismo
(Foto: 
Fruqui)
En total, Bailey disputó 61 minutos durante los 4 partidos que defendió la camiseta de Obradoiro, en los que promedió 7 puntos y 2 asistencias por partido. Tiempo insuficiente para demostrar las cualidades que el club destacó el día que anunció su contratación: "Un gran anotador, destaca sobre todo por ser un jugador con un gran sentido del juego colectivo. Tiene la misión de ser el líder natural en pista del equipo". El 13 de abril, el Obra comunicaba que Bailey dejaba el club tras terminar su mes de contrato.

Bailaches continuó jugando al baloncesto por Europa tras marcharse de Santiago. Se le vio por Grecia (Panellinios), Turquía (Trabzonspor) y por Letonia (VEF Riga). Hasta que puso fin a su carrera deportiva y comenzó la trayectoria empresarial. En su nueva aventura está acompañado por otro jugador, Bryan Bailey, que tiene pinta de ser su hermano dado que (además de compartir apellido) son clavados físicamente.

Mo Bailey (izq.) junto a Bryan Bailey. ¿Hermano? ¿Primo?
(Foto: Dime Athletics)
En el Facebook de Dime Athletics puedes encontrar algunos de los clientes de la empresa de los Bailey. Parece que su aventura empresarial navega viento en popa, todo lo contrario que su brevísima incursión en la historia del Obradoiro. Como otros tantos jugadores, siempre quedará la duda de lo que podría haber aportado Bailey en otro Obradoiro distinto del que le tocó vivir.