viernes, 20 de marzo de 2015

Arturo Corts jugó dos temporadas en el Obradoiro a principios de los ochenta. Era un pivot de 2,05 que no destacaba en lo técnico (siempre tuvo la fama de ser un jugador tosco), pero que sí fue un ejemplo de profesionalidad y entrega dentro y fuera de la pista. Aunque hay un detalle que lo convierte en un tipo singular en la historia de nuestro club: es uno de los poquísimos jugadores... que usaba gafas sobre la pista!
En el Obra, temporada 82-83, aún sin gafas
Lo que ahora puede parecer una práctica prehistórica no lo era tanto en 1981, que cuando Corts fichó por el Obradoiro. Recordemos que en aquella época andaba Kurt Rambis triunfando en la NBA con unas gafas inolvidables. Las lentillas todavía no habían llegado a las canchas de basket. Y por eso las opciones que tenían los jugadores miopes eran dos: ponerse gafas (con el riesgo evidente de rotura, porque no eran gafas deportivas como las de ahora) o jugar sin ver un pimiento.

Lo cierto es que no he encontrado muchos jugadores del Obra que a lo largo de su carrera deportiva hayan utilizado gafas para jugar. Solo he localizado a otro miembro de este selecto club, Jose "el Canario", que militó en el Obradoiro a principios de los años 70. Y nadie más.

Con gafas, en su época en el OAR (83-84)
Volviendo a nuestro protagonista, su apellido puede hacernos viajar a tierras catalanas pero estaríamos fallando. Arturo Corts es granadino. El OAR Ferrol lo fichó con 18 años, probablemente tras verlo en algún campeonato de formación. Corts hizo las maletas y se vino para Galicia con la intención de jugar al basket y estudiar Derecho. Por eso el Obra encajaba muy bien en sus planes. Tras jugar un tiempo en el OAR, los ferrolanos (que estaban en ACB) decidieron ceder a Corts al Obradoiro para que se foguease en la Primera B. Una competición sin americanos pero dura y aguerrida.

Las dos temporadas de Corts en el Obradoiro fueron la cara y la cruz. En la primera el Obra logró el ascenso a la actual ACB tras una espectacular temporada en Primera B, compartiendo espacio en la pintura con Alberto Abalde, Manolo Vidal y compañía. La segunda temporada fue mucho más complicada: el Obra se reforzó bien (estaban Pagés, Verderber, Abalde, Carlos Pérez y Corts como interiores) pero un cúmulo de circunstancias provocaron el descenso de categoría.

Otra del Obra 1982-83
La temporada 83-84 ya la pasó en Ferrol. Y fue su único paso por la ACB, ya que esa misma temporada nacía la competición tal como la conocemos ahora. Un gran año para el OAR entrenado por Tim Shea, que acabó séptimo y se clasificó para la Korac tras caer en cuartos de final frente al Barça. Arturo Corts disfrutó de pocos minutos en aquel equipazo comandado por el exobradoirista Nate Davis. En los registros de la ACB consta que disputó 22 partidos con los ferrolanos. Su mejor encuentro fue en Punta Arnela frente al Caja de Ronda, en el que anotó 10 puntos.

REGRESO AL HOGAR

En el verano de 1984, Corts decidió hacer las maletas y regresar a su Granada natal. Allí tenía previsto terminar la carrera de Derecho y, de paso, seguir jugando al basket en un proyecto que empezaba a tomar forma y que años después acabaría asentándose en la élite. Era el Oximesa, que en la temporada 84-85 iba a competir en Primera B.

Corts, con gafas, el tercero arriba empezando por la derecha
Esta foto es de su época en el Oximesa
Cuando se conoció su marcha a tierras granadinas, el OAR le dedicó un artículo en su revista destacando su profesionalidad y el buen recuerdo que dejaba en Ferrol. "Arturo Corts deja un hueco difícilmente irremplazable (...) el derivado de su impronta de hombre de bien, auténtico caballero y por encima de todo, buena persona". "Se le podrán discutir exquisiteces técnicas en las que no vamos a entrar. Pero, el hombre, el recuerdo queda y Arturo será -ya lo es- inolvidable para los que le trataron. Nunca puso un obstáculo, siempre estuvo para colaborar", afirmaba el artículo. 

Una vez establecido en Granada, pudo compaginar con éxito sus estudios universitarios con el baloncesto en el Oximesa. El equipo compitió en Primera B y Corts aportaba altura y experiencia, pese a su juventud. Fueron dos temporadas (de 1984 a 1986). En la última, el Oximesa logró contra pronóstico el ascenso a la ACB (derrotando en el play off al Caja de Ronda de Mike Schultz), aunque Corts no llegó a terminar la temporada en el club.

Otra foto de su época en Oximesa 
Corts está en la fila de arriba, en el medio
(Foto: Solobasket.com)
A Arturo Corts lo localicé cuando escribí el artículo sobre el famoso ascenso de Mataró, en el que él también participó como jugador. Su ocupación actual no tiene nada que ver con el baloncesto: ejerce la abogacía en un despacho de abogados de Consuegra, un ayuntamiento de la provincia de Toledo. Cuando hablé con él no solo recordamos lo que supuso aquel ascenso a la actual ACB. También me contó cómo es su vida actualmente. Así supe que es un enamorado de la bicicleta y que ha hecho el Camino de Santiago sobre las dos ruedas.

Carlos Corts, en un partido en LEB contra Palencia
Arturo Corts decidió priorizar las leyes sobre el baloncesto. Pero su apellido ha vuelto a ser noticia desde hace unos años. En la cantera del Unicaja está jugando Carlos Corts Valdivia, sobrino de Arturo. Juega como base en el equipo junior (está en 1,82 y cumplirá 18 años en abril) aunque ya ha tenido bastantes minutos en el equipo vinculado de LEB, el Clínicas Rincón.