martes, 13 de agosto de 2013

(Nota: Esta historia es obra de Javier Figueiredo y con ella abrimos este blog a artículos no relacionados directamente con el Obradoiro, aunque en ellos sí participan jugadores del Obra o son historias del basket santiagués)

Alba me comentó durante una de las muchas conversaciones que mantenemos en el Cañadoiro si recordaba a Alfredo Pérez, máximo anotador de la Liga Nacional en las temporadas 1970-71 y 1972-73. Lo cierto es que no lo situaba, por eso me fui a consultar la historia de la competición titulada Retazos históricos a 30 ligas (1957-1986), que en su día publicó Justo Conde en la ya desaparecida revista Don Basket. Todo esto os sonará más bien poco a los más jóvenes, pero lo cierto es que ahí nació esta entrada que, como veréis más adelante, sí está relacionada de alguna manera con la historia del Obradoiro CAB.

Alba es de A Estrada y lleva vinculada al baloncesto desde que tenía uso de razón. Me contó que Alfredo Pérez había fundado el Club Baloncesto A Estrada, pero que también fue jugador del club, aunque ahora le había perdido la pista. Recientemente un amigo de Vigo, Guillermo Suárez, a quien le doné hace algunos años mi colección de Gigantes del Basket y Nuevo Basket, me había enviado una foto de un All Star de Primera B celebrado en A Estrada en la temporada 1988-1989. Sin ser consciente de la repercusión que iba a tener se la remití a Alba. Era de una de las formaciones que jugaban aquel partido de exhibición, en la que estaba mi ídolo, Nacho Suárez, junto a Douglas Arnold, el otro jugador del Caixa Ourense convocado.

Equipo impar, del que formaban parte tres jugadores del Obradoiro
Arriba: Johnson (entr), Middlebrooks, Schultz, Allen, Wallace, Johnson, Stinnie, Arnold y Pesquera (entr). Abajo: Modrego, Abarca, Nacho Suárez y López Rodríguez.

 (Foto: Fernando Quintela / Basket 16)
Pero ahí también se podía ver, en el equipo del Grupo Impar (con camiseta roja), a varios jugadores obradoiristas como el macizo Levy Middlebrooks (al que se le dedicó un capítulo en este blog), Miki Abarca o Popocho Modrego, que se lesionó muy pronto y apenas pudo jugar, ya que recibió un golpe en una ceja y le tuvieron que dar cuatro puntos de sutura. Los entrenadores eran José Alberto Pesquera y Ed Johnson por el conjunto del Grupo Impar (con camiseta roja) y Ángel Navarro y Ricardo Hevia por parte del equipo Par (de amarillo), que ganarían el partido con un resultado de 116-113.

Equipo par, el vencedor. Arriba: Navarro (entr), Giomi, Wright, Allen, Jeelani, Winters, Hollis y Hevia (entr). Abajo: García, Toñín Llorente, Aguado y Solís. 
(Foto: Fernando Quintela-Basket 16)
Cuentan las crónicas que fue un partidazo en el que evidentemente los ataques se impusieron a las defensas, pero que todos los jugadores que pisaron la cancha del coqueto Pabellón Municipal de A Estrada, totalmente abarrotado para la ocasión con 1.000 espectadores en las gradas, pusieron mucho interés de su parte en una atractiva amalgama entre jóvenes y veteranos. Entre estos hubo varios jugadores que habían marcado una época en el baloncesto nacional, por lo que aún hoy parece sorprendente que hayan estado allí estrellas de semejante calibre como el helicóptero Essie Hollis, Abdul Jeelani, Voise Winters, Mike Schultz (que había jugado en Obradoiro un año antes) o Mike Giomi, del Oviedo. Este último se proclamó vencedor del concurso de mates.

Giomi, vencedor del concurso de mates
(Foto: Gigantes del Basket)
Y es que también hubo mates, participando Leonard Allen, Voise Winters, Phil Stinnie y Steve Wright, junto al citado Giomi. El vencedor del concurso se llevó un buen pellizco, 75.000 pesetas de la época (hablamos de hace casi 25 años), mientras que Allen y Wright lograron 50.000 y 25.000 pesetas, respectivamente, al quedar en segunda y tercera posición.

Lo que más curiosidad me ha causado era quienes estaban como miembros del jurado, con nombres más que conocidos para la mayoría de aficionados del basket gallego: el ferrolano Manuel Pardo (primer baloncestista gallego que fue internacional), el breoganista Miguel Bourio, Carlos Lamela (ex jugador del Breogán y ex entrenador del Obradoiro), Ricardo Docobo (ex presidente del Obradoiro) y nada menos que López Cid, ex jugador del Obra en los años 70.

Toñín Llorente, entrando a canasta
(Foto: Gigantes del Basket)
Volviendo al partido, Levy Middlebrooks fue uno de los destacados, por lo que resultó elegido por la revista Gigantes del Basket como el gigante del encuentro junto al gran Abdul Jeelani. El del Obradoiro logró 15 puntos, además de conseguir 11 rebotes (6 defensivos y 5 ofensivos), siendo el mejor de su equipo junto a Phil Stinnie (27 puntos), éste máximo anotador del All Star de Primera B celebrado en la tarde de un 7 de marzo de 1989. Modrego sólo disputó 4 minutos en los que apenas pudo destacar mientras Abarca jugó 20 en los que anotó 3 puntos.

Al margen de los extranjeros ya consagrados, estuvieron otros nacionales de renombre como López Rodríguez o Toñín Llorente, que dejaron muestras de su innegable clase. Todo un elenco de figuras de la categoría de plata del basket español que los aficionados estradenses pudieron ver pagando 800 pesetas (adultos) o 400 (los juveniles).

El partido fue retransmitido en directo por dos canales autonómicos, la TVG (que se encargó de la producción del partido) y por Canal Sur. Y además de la prensa gallega, también fue divulgado por dos corresponsales presentes en A Estrada: Mario J.Hernando (actual director de comunicación de ACB), enviado por la revista Gigantes del Basket, y Sixto Miguel Serrano, un histórico de Canal+ que ese día cubrió el evento para otra revista especializada, Basket 16.

Regresando al inicio de la historia y vinculando de nuevo la conexión Santiago de Compostela-A Estrada en materia baloncestística, hemos de recordar que allí dirigió a su primer equipo en categoría nacional Moncho Fernández, actual entrenador del Obradoiro CAB. El club ya había cambiado de nombre, denominándose E.D.M. A Estrada. Moncho procedía del juvenil de La Salle, ascendiendo a los estradenses a Primera Nacional desde Autonómica en la 1996-1997, en su segunda temporada en la localidad pontevedresa. Permanecería un año más, hasta que en 1998 decidía dar otro paso en su hasta ahora exitosa trayectoria deportiva. Con él ya estaba Fran Grela, que todavía hoy continúa al lado de Moncho como delegado del equipo.
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